En los abismos



«El océano es más antiguo que las montañas y está cargado con los recuerdos y los sueños del tiempo».

H.P. Lovecraft.


Nadie, ni nada, es capaz de intuir siquiera una ínfima parte de lo que se oculta en los abismos del océano.Sólo los vestigios del tiempo, junto a los abismos del universo, se reflejan en el crepúsculo del océano, dejando una imponente brisa de misterio y horror.
Nos encontramos ante un lugar, en donde los enigmas abundan, los mitos asombran por las cualidades de sus criaturas y la majestuosidad de sus proezas.
Estaría dispuesto a afirmar que ningún humano posó sus ojos sobre aquellas criaturas, pues, de ser así, quedarían sumergidos en una eterna locura.

La obra del azar

La existencia es sabia bajo el mar y su origen es parte de una suerte de azar que se encuentra en manos de grandes divinidades, más antiguas que la tierra e incluso que del propio universo.
Los nombres de aquellas divinidades no acontecen en la psiquis humana, ningún ser humano tiene ni tendrá el privilegio de poder observar y si quiera pronunciar sus nombres.Sin embargo, la ingenuidad terrenal,en un intento de desesperación, busca darle cara y nombres a seres que van mas allá de su comprensión.
Existe una escasa esperanza de que haya rastros en la inmensidad del océano de aquellos lejanos tiempos, en donde el hombre era un mero destello de luz en un cúmulo de estrellas refulgentes, contenidos en la mente de divinidades titánicas, dueños de cada rincón del universo.
Aunque, yo pienso que la mejor opción no es buscar respuestas, sino contemplar; Posar los ojos sobre la quietud del mar y deleitarse observando la antigüedad del mundo, el caos de las creaciones en su armonía, el cosmos en su plenitud para las mentes más capaces y atentas.
Sin dudas, nos encontramos ante una maravilla incomprendida por el genio humano, que ni el azar en manos divinas fue capaz de sospechar.

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